La úlcera varicosa de la pierna, también llamada pierna ulcerada, es una herida muy seria y dolorosa que, mayoritariamente, no cicatriza bien. Aquí puede leer cuáles son los factores de riesgo decisivos, de qué terapias se dispone y mucho más.
Una debilidad venosa presente durante muchos años puede derivar en una herida crónica en la parte inferior de la pierna o en el pie. La congestión constante de las venas acaba provocando edemas. Si se mantienen a lo largo de un tiempo prolongado, el tejido no recibirá suficiente oxígeno. En consecuencia, la piel se vuelve cada vez más fina, hasta que finalmente se produce una herida abierta que puede terminar cronificándose si no se trata. Esta enfermedad crónica se denomina coloquialmente como pierna ulcerada y, en términos médicos, como Ulcus cruris venosum (úlcera varicosa de la pierna). El término Ulcus cruris venosum procede del latín. «Ulcus» significa «úlcera», crus «muslo» o «pantorrilla» y «vena» «vena». El plural de Ulcus es «Ulcera». En español se escribe «úlcera» y «úlceras».
Una úlcera venosa se desarrolla normalmente de forma lenta a lo largo de un periodo de varios meses o incluso años. Se manifiesta a través de una lesión cutánea que se aprecia como piel seca, con picor o agrietada. A lo largo del tiempo, la piel puede volverse más fina y propensa a sufrir heridas. Cuando las lesiones no cicatrizan correctamente o no se tratan de manera adecuada, aumenta a menudo su tamaño y profundidad. Las heridas pueden estar húmedas o inflamadas y desarrollar un olor desagradable.
La causa principal de la úlcera de la pierna es una enfermedad venosa crónica. Esta se desarrolla cuando las válvulas venosas ya no funcionan correctamente. En este caso se produce un reflujo de sangre en las venas y aumenta la presión en ellas. Esta presión incrementada provoca daños en la piel y el tejido inferior, pudiendo causar la aparición de una úlcera abierta.
Otros factores de riesgo son:
Coágulo
Sobrepeso
Embarazo
Falta de actividad física
Fumar
La úlcera de la pierna está causada por un trastorno circulatorio en las piernas y por una patología previa, como la insuficiencia venosa crónica (IVC), una arteriopatía oclusiva periférica (AOP) o diabetes mellitus. Según la causa que la origina, los facultativos distinguen entre diferentes formas de úlceras de la pierna o la pantorrilla. Las tres más comunes son las siguientes:
Con respecto al desarrollo de la úlcera varicosa de la pierna se puede constatar que esta está causada por una alteración de la circulación venosa, específicamente una debilidad crónica de las venas (insuficiencia venosa crónica). En cuanto a la localización de la úlcera varicosa de la pierna, se puede afirmar que una úlcera venosa suele aparecer en la parte inferior de la pierna, por regla general a la altura de la parte interna del tobillo o de la pantorrilla. Se puede desarrollar en uno o ambos lados de la pierna. Si la herida rodea la pierna en forma circular, se habla de una úlcera en manguito.
En este caso se sufre una circulación arterial alterada (arteriopatía oclusiva periférica). El riego reducido con sangre rica en oxígeno hace que incluso las heridas más pequeñas no se curen completamente y se inflamen con facilidad. La úlcera arterial de la pierna aparece sobre todo en los dedos o la planta del pie.
Los facultativos se refieren a este tipo de úlcera de la pierna cuando se produce debido al estrechamiento conjunto de ambos sistemas circulatorios, es decir, el venoso y el arterial.
La úlcera de la pierna también aparece frecuentemente en caso de diabetes mellitus (pie diabético). En el caso de esta enfermedad, hay distintos factores que favorecen la aparición de la úlcera: arteriosclerosis, polineuropatía diabética y glucosa intersticial alta.
Con menor frecuencia se debe a otros motivos, como un tumor que causa el trastorno circulatorio y, en consecuencia, la úlcera de la pierna.
Los síntomas de una úlcera de pierna pueden variar según la gravedad de la enfermedad y se diferencian, en parte, de los síntomas que provoca la úlcera arterial de pierna.
Los síntomas más frecuentes de la úlcera venosa de pierna son:
La complicación principal de la úlcera de la pierna es una infección. Si la herida no se cuida correctamente, pueden entrar bacterias y causar una infección, con el efecto de que la herida empeore y se alargue aún más su curación. Si las bacterias penetraran profundamente, se produciría una infección de músculos o tendones, lo que haría necesaria una intervención quirúrgica importante o incluso una amputación. En casos muy graves, la infección puede llevar a una erisipela o septicemia. Ambas son potencialmente mortales. Además, existe un mayor riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular isquémico. A menudo, el tratamiento intensivo de las heridas provoca alergias a las cremas o a los productos desinfectantes.
La úlcera de la pierna es una enfermedad frecuente que sufre alrededor de un 1 % de la población. Afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres. El riesgo de padecer una úlcera venosa de la pierna aumenta con la edad y en personas con enfermedades venosas crónicas.
Puede hacer distintas cosas para evitar una úlcera de la pierna. El abanico abarca desde realizar ejercicio físico y llevar un estilo de vida saludable hasta aplicar una terapia de compresión. Medidas preventivas:
La mejor forma de evitar las úlceras venosas de la pierna es tratar la enfermedad subyacente. Esto significa, por ejemplo, que, en caso de tener obesidad, será necesario perder peso y hacer ejercicio; al sufrir de una IVC, se deberán llevar medias de compresión o en caso de padecer diabetes mellitus, se tendrá que tomar la medicación correspondiente. También es importante prestar atención a la piel de la zona de las piernas para evitar lesiones. En caso de aparición de una lesión, esta se debe tratar rápidamente para favorecer la curación.
En general, el diagnóstico de úlcera varicosa de la pierna se realiza a través de un examen físico. La médica o médico examinarán la herida y buscarán signos de una infección. Asimismo, se llevará a cabo una anamnesis de los factores de riesgo. A menudo, se realiza una ecografía para evaluar la circulación de la sangre en la pierna y comprobar si existe una flebopatía subyacente. Son posibles otros diagnósticos, p. ej., mediante:
Según Knighton et al. hay seis grados de gravedad de la úlcera crónica:
Grado 1 La úlcera ha alcanzado la capa media de la piel (epidermis y dermis)
Grado 2 La úlcera ha alcanzado la hipodermis
Grado 3 La úlcera ha alcanzado los tendones, huesos, ligamentos o la articulación
Grado 4 La úlcera ha alcanzado los tendones, huesos, ligamentos o la articulación con una inflamación adicional (absceso y/o inflamación de la médula ósea)
Grado 5 La úlcera ha alcanzado los tendones, huesos, ligamentos o la articulación con tejido muerto (necrosis) en la herida
Grado 6 La úlcera ha alcanzado los tendones, huesos, ligamentos o la articulación con tejido muerto (necrosis) tanto en la herida como en el tejido circundante
¿Qué podemos hacer contra la úlcera varicosa de la pierna? El tratamiento de la úlcera de la pierna depende de la gravedad de la enfermedad. En los casos moderados, aparte del tratamiento de las heridas de la úlcera de la pierna, es necesaria una terapia de compresión. Esta se considera como la base de la terapia causal y ayuda a aumentar el flujo de sangre en las venas y a reducir la presión en las mismas. Esto puede contribuir a favorecer la curación de las heridas. En casos graves, se requiere una terapia especial o una intervención quirúrgica. Dado que las heridas crónicas abiertas siempre son dolorosas, las personas afectadas deberían realizar un tratamiento adecuado contra el dolor. Generalmente, suelen combinarse distintos tratamientos.
En este ámbito se distingue entre tres puntos de partida diferentes:
En los dos últimos casos, a menudo se lleva a cabo posteriormente un trasplante de un injerto de piel de espesor dividido.
¿Cuándo se debería tratar una úlcera varicosa de la pierna con una operación? Esta es la regla a seguir: Si, a pesar de seguir el tratamiento, la herida no se ha reducido al cabo de tres meses o no ha cicatrizado pasado un año, será necesario realizar tratamientos especiales o una operación.
Aparte de la terapia de compresión, el cuidado de la herida, la medicación y la operación, hay otros procedimientos que se pueden seguir para el tratamiento de heridas crónicas abiertas. Entre ellos está la terapia de presión negativa, la cura húmeda de heridas y el uso de sustitutos dérmicos.
Ejemplos:
En el caso de la úlcera de la pierna, una terapia de compresión consecuente es indispensable y el método de tratamiento más importante. La suave presión desde el exterior se opone a la presión interna de las paredes vasculares. Esto reduce el riesgo de que la vena se ensanche. Ayuda a aumentar el flujo de sangre en las venas y a reducir la presión en las mismas. Esto puede contribuir a favorecer la curación de las heridas. La terapia de compresión se puede llevar a cabo llevando medias de compresión o vendajes especiales. La media de compresión sostiene los vasos sanguíneos desde el exterior. Un flujo sanguíneo optimizado en las venas de las piernas evita la congestión y el estancamiento localizado de la sangre. La presión aplicada desde el exterior mejora el cierre de las válvulas venosas y la funcionalidad de la bomba muscular de las venas.
Después de una intervención quirúrgica, el uso de medias de compresión minimiza el riesgo de hinchazón y coágulos sanguíneos y estimula la cicatrización. Según el origen de la pierna ulcerada, será conveniente seguir una terapia de compresión continuada, ya que la posibilidad de recaída es alta.
Para lograr unos resultados óptimos, las medias deben quedar perfectamente ajustadas. Por este motivo, se toman las medidas en el comercio especializado en productos sanitarios.
Los sistemas de compresión variable son ideales para iniciarse en el tratamiento de la úlcera. Esta forma de terapia de compresión se puede colocar con gran suavidad y puede servir, si fuera necesario, para fijar un apósito separado. Además, los sistemas de compresión variable, como Juzo Compression Wrap o Juzo ACS Light, se pueden adaptar de forma ideal en el perímetro si, al inicio de la terapia, existe una hinchazón.
Para el tratamiento de continuación de una úlcera se dispone del sistema de medias de compresión Juzo Ulcer Pro. Está formado por dos medias interiores (<CCL 1) para cambiar regularmente y una media superior de tejido plano (CCL 2). Los valores de presión combinados alcanzan la clase de compresión 3. Así, la media interior protege la piel sensible cuando se coloca la media superior y se puede usar para fijar apósitos y almohadillas de forma segura.
La pierna ulcerada es una enfermedad dolorosa. Sin embargo, es posible reducir el riesgo de úlceras venosas de la pierna si se presta atención a la salud de las venas y a la piel de la zona de las piernas. El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad, pero la terapia de compresión para la úlcera varicosa de la pierna es, a menudo, el tratamiento más importante.
Si detecta indicios de una úlcera de la pierna, consulte de inmediato con un médico para obtener un diagnóstico y el mejor tratamiento posible.