"La esencia del esquí de fondo es estar en la naturaleza, deslizarse sobre esa nieve y estar en consonancia con uno mismo." Así lo explica a la perfección Peter Schlickenrieder, ganador de la medalla de plata de Salt Lake City y uno de los esquiadores de fondo alemanes con más éxito. Esta diversión invernal, que parecía anticuada, se ha desarrollado durante años hasta convertirse en un deporte a la moda, que atrae a las pistas de esquí tanto a jóvenes como no tan jóvenes. Y el motivo no puede ser mejor: desde el punto de vista de la salud y la prevención, el esquí de fondo es una actividad física casi perfecta. Protege las articulaciones y entrena la musculatura de las piernas y el tronco, la cintura escapular y los brazos. Se activa más del 90 % de la musculatura con un equipamiento mínimo. El esquí de fondo, por lo tanto, es un entrenamiento cardiovascular óptimo. Previene la hipertensión, los infartos y la diabetes, mejora la circulación sanguínea, facilita el transporte de sustancias nocivas y ayuda en caso de problemas venosos. Asimismo, estimula la resistencia y la coordinación y el equilibrio. Los beneficios se aprovechan especialmente por personas de edad avanzada. La diversión tampoco se queda atrás, ya que los esquiadores de fondo más avanzados desde el punto de vista deportivo, pueden alcanzar unas velocidades sorprendentes.

Quien quiera empezar con el esquí de fondo puede ir preparando su fondo físico practicando caminata nórdica o bicicleta. Un entrenamiento en la elíptica refuerza la musculatura de la cintura escapular, lo que es una ventaja a la hora de llevar los bastones durante el esquí de fondo. Antes de empezar se recomienda realizar un curso para principiantes. Las instrucciones técnicas no solo sirven para prevenir lesiones por caídas, sino que también ayudan a decidirse sobre qué modalidad aprender, si el esquí tradicional o la técnica del patinador. La ventaja de la técnica tradicional es que los primeros pasos se pueden aprender con facilidad y la carga se puede mantener a un nivel reducido. La técnica del patinador requiere una condición física mayor, en función de lo bien que se le dé. Aunque en este caso también pueden aprenderse los movimientos más importantes rápidamente para que pueda empezar la diversión. 

Antes de salir al mágico mundo invernal, se recomienda hacer un calentamiento adecuado siempre que se vaya a practicar deporte. Y también es aconsejable echar un vistazo a la pista de esquí. Para principiantes se adecuan pistas con un perfil plano y un terreno sencillo. Quien se canse durante los primeros kilómetros en la pista, puede hacer un descanso. Se recomienda evitar hacer descansos de mayor duración con temperaturas invernales, ya que cuando se detiene el movimiento, los músculos se enfrían más rápido. Es mejor bajar el ritmo pero mantenerse en movimiento. 

Un aspecto importante en este sentido es la elección de la ropa. Un buen aislamiento térmico y una buena protección contra el viento son los requisitos fundamentales para garantizar la diversión en la naturaleza durante el invierno. Y no solo basta con ponerse ropa gruesa. Las temperaturas heladas requieren que la ropa elimine el sudor a través del tejido, para que la piel permanezca seca y caliente. Unos buenos guantes y un buen gorro para proteger las orejas redondean el equipamiento de esquí de fondo. Quienes vayan a pasar más de una hora en el exterior, deberán llevarse algo para beber, porque el cuerpo pierde líquidos incluso a temperaturas bajas. Para dar un aporte energético adicional, se aconseja llevarse un plátano o una barrita de muesli. Y es que no hay que olvidar: los esquiadores de fondo activan más grupos musculares con una misma intensidad de carga y queman más calorías que, por ejemplo, un ciclista o un corredor.